El mal comenzó...
el fin del mundo
a mi vida llegó.
Lo que temía sucedió
y ya no puedo parar
este dolor.
Vos, amado señor
estáis destrozando
toda mi ilusión.
Que con caricias os llenó
y miradas furtivas os robó.
Vos, amado señor
os apoderasteis de mi amor
os adueñasteis de mi razón.
Vos, amado señor
trajisteis consigo la locura
el desenfreno y la perdición.
Vos, amado señor
me dejasteis desnuda
antes los ojos de Dios.
Vos, amado señor
se convertisteis en el pirata
que un botín conquistó
el botín de mi corazón.
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